¿Has escuchado hablar alguna vez de hematuria?, o, mejor aún, ¿has notado que tu orina tiene un color rosado, pero no te duele al expulsarla?, sigue leyendo para que sepas el motivo de esto.

En este artículo te explicaremos las razones por las cuáles puedes tener sangre en la orina, y por qué puede llegar a ser signo de algo alarmante, aunque no duela.

¿Qué es la hematuria?

Notar que la orina tiene una tonalidad roja sin duda alguna es algo alarmante. Pero, en una gran parte de los casos, esto es algo completamente inofensivo. Sin embargo, cuando notamos sangre en la orina, que también se le conoce como “hematuria”, puede ser indicio de que se sufre un trastorno grave.

Hematuria macroscópica” es el término que se le dio a la sangre que se nota en la orina. En aquellos casos donde esta es únicamente visible usando un microscopio se le conoce como “hematuria microscópica”, y se necesita analizar la orina para que sea detectable. En ambos casos, es mejor dar con la razón del sangrado.

¿Cuáles son los síntomas de la hematuria?

La orina de color rosa es el principal síntoma de la hematuria macroscópica, pero también es posible que esté de una tonalidad completamente roja, o un tono amarronado. Todo esto se debe a que existen glóbulos rojos en ella.

La cantidad de sangre que debe estar presente en la orina para que esta se torne de color rojo es realmente muy poca, y, al contrario de lo que se podría llegar a creer, no tiene que haber dolor para que exista algún tipo de sangrado. A menos que se estén expulsando coágulos, donde si habrá un nivel de molestia.

Por lo general, debido a las observaciones que se han hecho en todo el mundo, no tienden a existir otro tipo de signos de la hematuria que se puedan notar. Por lo que, la única manera de crear la sospecha, es ver nuestra orina.

¿Cuáles son las causas de la hematuria?

Cuando se sufre de hematuria, los riñones, entre otras partes de las vías urinarias, dejan que las células sanguíneas se filtren en la orina. Dicha acción puede originarse por diversos motivos, tales como:

  • Infecciones en las vías urinarias. Son generadas por las bacterias que entran a nuestro cuerpo por la uretra, las mismas se multiplican al llegar a la vejiga. Entre los síntomas de estas se puede nombrar a la necesidad constante de orinar, y un color turbio en la orina.
  • Infecciones renales, pielonefritis. En algunos casos, las bacterias que se alojan en el torrente sanguíneo pueden entrar a los riñones. Los signos de este padecimiento se asemejan a los de una infección en la vejiga. Pero, es común que, en estos casos, el paciente comience a presentar fiebre alta.
  • Cálculos en los riñones, o en la vejiga. Ocurre cuando los minerales que se tienen normalmente en la orina comienzan a cristalizarse en las paredes de la vejiga o de los riñones. Al pasar el tiempo, estos pueden convertirse en piedras a los que se les conoce como “cálculos”, dentro de la medicina.